Buscar en el blog de Andrés Cifuentes

martes, 21 de julio de 2015

Lecciones para mi cuerpo

La prueba para mi cuerpo de la carrera Allianz 2015

Me tomó mucho tiempo entender porqué mi Papá corría la media maratón de Bogotá, aun en una edad en la que claramente no estaba en condiciones para hacerlo, siempre pensé que la única razón por la que lo hacía era por sentirse parte de la masa, de esa masa de gente que se reúne a correr esta carrera, la misma razón por la que le gustaba votar en Corferias, ser parte del colectivo, unirse con un solo propósito en el que el logro individual es mucho mas pequeño comparado con el objetivo colectivo.

Recuerdo muy bien la última salida de la media maratón que corrimos juntos, no recuerdo precisamente el año, pero recuerdo todos los detalles de la salida como si hubiera sido ayer. Íbamos justo sobre el tiempo, el taxi nos dejó cerca de la Plaza de Bolivar hasta donde nos podía acercar, no alcanzábamos a llegar a su entrada que era la de mayores y Yo quería correr con él los primeros 5 o 7 kilómetros como siempre hacíamos, así que nos metimos cuando estaban saliendo los corredores élite; Así me tocó iniciar la carrera Allianz por que también iba tarde y ya no alcanzaba a llegar a la salida con los demás.

Ese día corríamos con mi Papá y estábamos cerca del Parque Nacional cuando él dejó de "trotar" e iniciaba a caminar, yo le pregunté ¿Por que corres si no puedes trotar sino hasta aquí?, ¿Apenas van 5 kilómetros, vas a caminar el resto?. En esa época, luego de los primeros kilómetros de "calentamiento" Yo llegaba aun trotando a la meta con suficiente energía como para hacer un remate de paso fuerte después del round point de la 63.

Antes de iniciar la Allianz 15K me preguntaba si realmente estaba listo para hacerla, acababa de llegar de Miami a nivel del mar, nunca había estado tan pesado en mi vida, la última 10K que corrimos casi me muero y tuve que caminar por lo menos 2 kilómetros, la verdad cuando me inscribieron no estaba seguro de correrla, pensé que tenía tiempo para prepararme, lo cual obviamente no paso.

Al kilometro 5 ya estaba muerto, no podía trotar más, tuve que parar, sentarme en el andén y pensar si me desviaba, estaba en la 15 con 100 muy cerca del apartamento, solo tenía que caminar esas cuadras y estaría descansando, lamentándome por no haberme preparado para la carrera, pero recordé ese día cuando le pregunté y no me respondió, así que empece a caminar y trotar como él hacía y en los siguientes 10 kilómetros me respondí la pregunta tantas veces...

Entendí que era una lección, que era una demostración para el cuerpo, para enseñarle que la mente es superior, que por encima del cansancio físico, la concentración y la determinación para llegar a la meta priman. Esa fue la lección que necesitaba mi cuerpo para demostrarle el poder de la mente, aunque no siempre sea claro quien realmente nos controla, solo con esas lecciones o demostraciones mantenemos la confianza y el balance entre la mente y el cuerpo.
  
Andrés Cifuentes Julio 20, 2015

No hay comentarios.:

Publicar un comentario